La oferta gastronómica de la ciudad de México cada día es más variada; en esta gran metrópoli puedes encontrar desde comida india-pakistaní tradicional hasta la cocina contemporánea del northwest americano. A los chilangos, opciones no nos faltan cuando de llenar el estómago se trata, por eso cuando aparece un nuevo restaurante en la escena siempre se enfrentará a una conquista de paladares ya consentidos, especialmente si tienen una propuesta diferente o aventurera, como la de Malix, el nuevo lugar del chef Alonso Madrigal en Polanco.

Malix (pronunciado malísh) quiere decir perro mestizo, de la palabra maya para “sin linaje”, y es así como se les llama cariñosamente a los perros callejeros en Yucatán, donde Alonso trabajó algunos años, y donde encontró la inspiración para su primer restaurante. Como su nombre, Malix tiene una propuesta gastronómica “mestiza”, pero no pienses en comida española-mexicana, no no…el mestizaje de Malix es global, o como dice Alonso, algo así como un “chilango actual”. Técnicas, ingredientes y preparaciones de todo el mundo se reúnen en los platillos en una curiosa colección llamada menú.

En esa curiosa colección podrás encontrar los consentidos de la casa como la tostada de vegetales con sikil pak, una salsa de pepita yucateca, el tartar de cordero con kombu, un tipo de alga japonesa, los molotes de plátano con longaniza, o la lechuga al grill con ajo negro y furikake, la cual se sirve con palillos chinos en una movida verdaderamente fusión.

Además de los platillos fijos, el menú de Malix cambia constantemente, ya que la propuesta de Alonso, además de ser mestiza, es también acercar al consumidor a los ingredientes, los cuales son casi exclusivamente mexicanos, especialmente las proteínas, frutas, verduras, y lácteos. El cordero, por ejemplo, viene de Texcoco, el cerdo y res del Bajío, las frutas y verduras de pueblos como Ozumba, Valle de Bravo, Huasca y Texcoco, y los lácteos de un rancho en Puebla. Los ingredientes cambian según la temporada, así que Alonso puede crear nuevos platillos (su parte favorita de la cocina) según lo que encuentra con sus productores.

Este lugar de cocina tan original, también trae a Polanco un espacio no tan común en esta zona de la ciudad, donde los restaurantes se inclinan a lo fastuoso. Es un lugar para comer y beber bien, pero no deja de ser casual. Sus mesas de banqueta y decoración contemporánea sencilla pero sofisticada, te invitan a comer cualquier día de la semana, sin necesitar un pretexto especial. Malix es como un pedacito de la roma-condesa en Polanco, a una cuadra de Masaryk.

Además de la propuesta en restaurante, Malix cuenta también con un espacio tipo delicatessen, con una pequeña selección de productos elaborados en casa como encurtidos y mermeladas. Originalmente Alonso, quién estudió cocina por que siempre le llamó la atención el mundo que rodea a la alimentación, como los vínculos emocionales, la historia de las personas, o las costumbres de una cultura, quería abrir un espacio dedicado a la gastronomía en todos sus aspectos. Con una pandemia de por medio, el concepto evolucionó hasta convertirse en el restaurante-deli-café qué es ahora, con una barra para talleres, exposición de arte, vitrinas expuestas y tienda gourmet incluidos. Este espíritu de abarcar todo el espectro gastronómico en un lugar se mantiene vivo en las constantes colaboraciones que llevan a cabo en Malix, en formato take-over, de los cuales te puedes mantener al corriente en su cuenta de instagram.

Toma nota, y descubre una cocina moderna y mestiza la próxima vez que quieras probar algo diferente, en Malix.