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Día de muertos en Chiapas

La diversidad de culturas en Chiapas se unifica en una fiesta tan importante y colorida como el día de muertos, que asombra con sus colores a los visitantes de este y cualquier otro plano de la realidad.

Esta experiencia nos invita a reflexionar sobre la cosmovisión de la muerte en nuestros pueblo originarios que con devoción y amor preparan cada detalle de este día tan especial, recordándonos nuestra inmortalidad como seres humanos. Nos invita a reflexionar sobre la importancia de conservar estas tradiciones en las que prendemos una vela para iluminar el sendero de las almas y nosotros mismos ser esa luz en este plano terrenal. 

En los rincones de los altos de Chiapas, región caracterizada por sus costumbres tan particulares, la celebración de día de muertos embellece cada espacio con las ofrendas, cantos y rezos que podemos observar y escuchar. Chiapas te invita a poder conectar con tus sentidos a través de la experiencia de recorrer estos lugares con sensibilidad y respeto, sin juzgar, solo conectando. 

Imagen © Viajes Itzaa

La primera comunidad a visitar es Romerillo. Según la creencia de los indígenas tzotziles de esta comunidad, las almas de los difuntos llegan caminando a visitar a sus familiares cada primero de noviembre. Por ello, 15 días antes los parientes se organizan y limpian caminos, veredas, patios y alrededores para que “no se pierdan, no se tropiecen al llegar” y así poder celebrar la fiesta de las almas.

Se pueden apreciar 22 grandes cruces de madera, cada una de nueve metros de alto en su panteón, centro ceremonial edificado en un pequeño cerro, donde son sepultados habitantes del lugar y de comunidades aledañas. Según la leyenda, el panteón de El Romerillo era una pequeña montaña, donde había muchos monos araña y otros animales, y cuando quisieron parar las cruces que “sirven para proteger a las almas”, éstas caían una y otra vez. Entonces, un grupo de ancianos sugirió que se hiciera una ceremonia en la que se disfrazaran de monos y bailaran acompañados con música tradicional y cantos dedicados a los dioses del cielo y de la tierra. Sólo así fue posible mantener paradas las cruces.

Al ritmo de la música de violín, arpa y tambor, los mashes (hombres monos) bailan en el cementerio, danzando en medio de un laberinto de cruces y tumbas adornadas con flores que se cultivan en el lugar. Cuando caminas entre ellas, el olor a incienso y flor de cempasúchil te invaden los sentidos y tu mente se transporta a un lugar místico donde todo lo que has escuchado acerca de la celebración de día de muertos en Chiapas toma significado y se vuelve realidad.

Continuamos con la visita a Zinacantán: lo primero que te dejará impactado son sus pintorescas flores. Zinacantán tiene como una de sus principales actividades económica la floricultura, un dato curioso es que cerca del 70% del cultivo de esta comunidad está destinado para esta actividad, por lo que es considerado el municipio más importante en el mercado nacional de floricultura.

En la parte más alta de Zinacantán se encuentra el panteón. Ahí los familiares llevan ofrendas que consisten en caña, chayote, mandarina y refrescos, algunos dejan latas de cerveza o botellas de la bebida ancestral de pox.

Las familias completas visitan las tumbas de sus familiares. Van y vienen a lo largo del día o se quedan a comer alrededor de la tumba un platillo de pollo o res, según haya sido la preferencia del difunto. Al son del trio musical zinacanteco (arpas, violines y guitarra), los visitantes de este panteón conviven todo el día con sus muertos. 

Imagen © Viajes Itzaa
Imagen © Viajes Itzaa

Las tumbas son ataviadas  con grandes arreglos florales, velas de cebo para alumbrar el camino de regreso de la tierra. En este día no hay ninguna tumba sin flores; las personas de la comunidad son fieles creyentes que se debe honrar a los que ya  partieron .

Por último, llegamos a la comunidad de San Juan Chamula, que viste su panteón con ofrendas, cantos y llantos que nacen del alma, con la fiel creencia que hablan con los que ya partieron. 

Al empezar el día, los chamulas van a la iglesia de San Juan Bautista, para rezar por las almas. También ponen lazos en la campana, de forma que puedan tocar para despertar a las almas y estas se dirijan a visitar a sus familiares en casa. Después de tocar las campanas, los indígenas de esta comunidad se dirigen al panteón con flores para rezar y pasar un tiempo en silencio recordando a sus seres queridos, la mayoría en tumbas con montículos de tierra, ya que está prohibido hacerles tumbas con concreto.

En San Juan Chamula se tiene la creencia que si los familiares no cumplen con esta ceremonia, los difuntos se pueden enojar al no encontrar nada preparado en su casa y quejarse con San Miguel Arcángel. Si esto sucede, dicen, algún miembro de la familia del difunto puede llegar a enfermarse gravemente. No es raro que todos los chamulas cumplan con las obligaciones de sus muertos.

Chiapas no solo es un destino de naturaleza y aventura, es un destino que ofrece cultura, tradición y reflexión. Las tradiciones que en el día de muertos podemos observar se han transmitido por generaciones y esto nos invita a cuidar nuestros pueblos originarios.

 ¡Prepara con tiempo tu viaje al día de muertos en Chiapas!

Reserva este recorrido con Viajes Itzaa:

Web: viajesitzaa.com
Tel/Whatsapp: +529611860319
Instagram: @viajes_itzaa_

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