
Queso ricotta con ajos rostizados
No hay mejor botana que una botana de queso, pero esta es una muy diferente: un cremoso queso ricotta con ajos rostizados lentamente en el horno, con un toque de romero y aceite de oliva. Rostizar ajos es muy fácil, solamente hay que tomar las cabezas enteras y cortar un poco de la parte superior para dejar todos los dientes expuestos. Luego los bañamos con un chorrito de aceite y los metemos al horno por un buen rato. ¡Salen ya confitados y muy suaves, en textura y en sabor!
Aquí los ajos rostizados brillan con la suavidad del ricotta, en una botana muy sencilla pero que te hará quedar de diez. Yo la acompaño con rebanadas de baguette rústica fresca, pero puedes también utilizar galletas o pan tipo melba.
¿En que otra receta usarías ajos rostizados?

Ricotta con ajos rostizados
Precalentar el horno a 180ºC.
Con un cuchillo grande y bien afilado, cortar aprox. 2 cms de cada cabeza de ajo, de manera que queden todos expuestos como en la imagen. Colocar cada una en un cuadro grande de papel aluminio y bañar con aceite de oliva generosamente, permitiendo que el aceite se meta entre cada diente.
Cortar una ramita de romero en trozos e insertarlos entre los dientes, espolvorear con sal y cerrar el aluminio envolviendo bien cada cabeza. Colocar en una charola y hornear hasta que doren y estén suaves, entre 60-70 minutos. Dejar enfriar por completo sin abrir los paquetitos de aluminio.
Una vez frios los ajos, repartir el queso ricotta en un plato grande con una espatula. Con un tenedor pequeño, sacar los ajos rostizados de la cabeza, repartiéndolos sobre el queso. Bañar con un poco más de aceite de oliva, picar la otra ramita de romero y espolvorear por encima junto con un poco de sal.
Ingredients
Directions
Precalentar el horno a 180ºC.
Con un cuchillo grande y bien afilado, cortar aprox. 2 cms de cada cabeza de ajo, de manera que queden todos expuestos como en la imagen. Colocar cada una en un cuadro grande de papel aluminio y bañar con aceite de oliva generosamente, permitiendo que el aceite se meta entre cada diente.
Cortar una ramita de romero en trozos e insertarlos entre los dientes, espolvorear con sal y cerrar el aluminio envolviendo bien cada cabeza. Colocar en una charola y hornear hasta que doren y estén suaves, entre 60-70 minutos. Dejar enfriar por completo sin abrir los paquetitos de aluminio.
Una vez frios los ajos, repartir el queso ricotta en un plato grande con una espatula. Con un tenedor pequeño, sacar los ajos rostizados de la cabeza, repartiéndolos sobre el queso. Bañar con un poco más de aceite de oliva, picar la otra ramita de romero y espolvorear por encima junto con un poco de sal.



