La baguette: mitos y leyendas
Si hay algo que nos transporta a las calles empedradas de París, es la icónica baguette. Esa barra larga y delgada que, según las leyes francesas, debe contener solo harina, sal, agua y levadura, nos lleva en un viaje a través de su misteriosa historia, llena de mitos tan crujientes como su propia corteza. Estas son algunas de las leyendas y mitos que rodean a la baguette francesa, uno de los panes más famosos del mundo.
Orígenes Austriacos y Hornos de Vapor
La leyenda sugiere que la influencia austriaca jugó un papel crucial en la creación de la baguette. En el siglo XIX, August Zang, un oficial convertido en panadero, introdujo los hornos de vapor a París, dando lugar a un pan más ligero y aireado. Se dice que este panadero de origen austriaco, que también nos dio el croissant, podría ser el verdadero padre de la baguette.
Horarios de panadería y leyes francesas…inusuales
Otra historia, digna de una novela francesa, señala una ley francesa de 1920 que prohibía a los panaderos trabajar entre las 10 p.m. y las 4 a.m. Dicen que este curioso horario llevó a la rápida creación y cocción de la baguette antes de la apertura de las panaderías, convirtiéndola en la solución perfecta.


Napoleón Bonaparte y la revolución
En el extravagante repertorio de mitos, no puede faltar Napoleón Bonaparte. Se cuenta que este astuto estratega ordenó que el pan se hiciera extraordinariamente delgado y largo para que sus soldados pudieran llevarlo fácilmente. ¿El resultado? La baguette, un arma tan formidable como su ejército.
Menos cuchillos en el metro
La historia más curiosa proviene de los trabajadores del metro que, armados con cuchillos para cortar su pan matutino, desataron el caos en el metro parisino. La gerencia del metro, en un intento de pacificar la situación, pidió a los panaderos que hicieran pan que pudiera rasgarse a mano. Así nació la baguette, eliminando la necesidad de cuchillos y, de paso, reduciendo el potencial de violencia en el metro.
Causante de la revolución
Un último mito sugiere que el pan icónico de la Galia fue la causa de la Revolución Francesa, ya que el pan era la base de la dieta francesa y los campesinos se amotinaron al ver a la nobleza comiendo los crujientes bastones blancos mientras ellos enfrentaban escasez y hambruna.
En fin, la baguette, ese bastón crujiente que ha sido testigo de revoluciones y ha compartido pantalla con estrellas de cine, sigue siendo un símbolo indeleble de la cultura francesa. Su historia, llena de capas y sabores, es tan rica como su propia miga. Así que la próxima vez que partas una baguette, recuerda que no solo estás disfrutando de pan, sino también de un pedazo de la fascinante historia francesa.
Au revoir, amantes del pan y la historia gastronómica.

