Hasta que el corcho haga pop: Casa Magoni Merlot Malbec 2020
Estaba aburrido un martes cualquiera y quizás un poco recordando los encierros de pandemia cuando compraba todo por las apps, especialmente el chupe, y se me ocurrió pedir vinos por Rappi a La Europea. El precio del Casa Magoni, Merlot Malbec, captó mi atención; muy accesible. Así que con la velocidad que caracteriza estas apps de servicio a domicilio llegó (no fue el único para ser honesto), lo enfrié un poco y me lo tomé.
Con este Magoni regreso a las etiquetas discretas. No hay mucho que decir de mi parte. Una hoja al frente que al principio pensé que era de maple (sí, como la bandera canadiense), pero que obviamente es una hoja de parra; no estaba muy afilado con mis apreciaciones y eso que ni había empezado a tomar. De la contraetiqueta tampoco tengo mucho que decir. Más bien la etiqueta habla por si sola. Es ilustrativa, tira datos clave del vino, por ejemplo que es una mezcla 60% Merlot y 40% Malbec. Incluye sugerencias de guarda (8 años, lleva 3, así que veremos que tal) y de temperatura para servir. También menciona una breve historia de la bodega, así como de las uvas. En resumen una etiqueta muy al punto, nada de adornar con discursos rimbombantes e insufribles. El mensaje es: “este es el vino, si te gusta bien, y si no también”. Me gusta.
El color no es de esos púrpuras profundos e intensos, pero tampoco sería un rojo semáforo, por ejemplo. Más bien me parece como rojo ciruela y algo traslúcido. No digo que sea algo malo ni bueno, simplemente es.
Lo huelo, mi pésimo olfato hace de las suyas y me tardo en percibir algo. Me llega un aroma a uvas, y me doy cuenta de lo ridículamente redundante de esa frase. Meto la nariz hasta el fondo, a lo lejos percibo frutos rojos, tirándole a la fresa, y un poco de vainilla más lejos aún.
Ya resignado a que mi nariz nunca va a apreciar en profundidad las sutilezas de vinos como el Magoni, lo pruebo. Tiene un balance interesante, no es ni muy ácido ni muy astringente. Se deja tomar, baja fácil. Me gusta esta simpleza; te hace la vida más fácil y lo vuelve llamativo. Hasta yo podría hacerles la vida más fácil ahora con una reseña así: “Casa Magoni Merlot Malbec, tómatelo y ya”. Pero no escribo sobre vinos en twitter. Y también hay algo de divertido en dejar que un vino dispare la sinapsis entre las neuronas.
Entonces paso innecesariamente de la grata simpleza a intentar descifrar este jugo de uva. Tiene algo que lo lleva a los frutos rojos, pero los más rojos, fresas, frambuesas. Dejo que el oxígeno le pegue un poco y me parece que se pone aún mejor. Quizás lo debí decantar. O no, no importa, es un gran vino de batalla para una cena cualquiera solo o acompañado.
Te abres una botella y te pones a cocinar con él. Pero no para usarlo en los platillos, sino para tomarlo mientras cocinas una pasta y pones en Spotify ese podcast de crímenes de la vida real que te recomendaron hace meses.
Creo que puede ir bien con una pomodoro o ragú, pero también con carbonara, Alfredo o pesto. Con cada salsa se complementará diferente este vino, pero pues elige tu propia aventura. Por menos de 400 pesos, el Casa Magoni Merlot Malbec puede ser un buen sidekick para esas aventuras culinarias de martes por la noche.
Casa Magoni, Merlot Malbec 2020, Valle de Guadalupe.
