Relatos de la charrería en Morelia

La charrería en México es considerada como el deporte nacional, además de ser toda una tradición mexicana y parte de nuestra identidad.En Michoacán y en especial Morelia, la charrería tiene una gran relevancia, siendo la Asociación de Charros de Morelia una de las pioneras en México, junto con la Asociación Nacional de Charros, la de Jalisco y la de San Luis Potosí.

Mi abuelo Nahum Pedraza López, junto con otros distinguidos charros como Antonio Ramírez Caballero, Cruz Guzmán, Rafael Campuzano, Pastor Castro Tinoco, Arturo Ramírez Mora y desde luego el coronel Enrique Calderón, fueron los fundadores. Un papel fundamental lo tuvo Don Daniel Rentería, apreciado charro moreliano, que en aquel entonces fuera el Tesorero de la Nación, al haber conseguido el dinero necesario para construir el Rancho del Charro, quien también fuera uno de los fundadores de esta asociación.

Hablar del campo, el ganado y el arraigo a la tierra fue importante en mi niñez, creciendo siempre con el conocimiento del amor que tuvo mi abuelo por la charrería.

Esta tradición mexicana tan popular, tiene sus orígenes en las haciendas, en especial las ganaderas, en donde los vaqueros y caporales ponían sus habilidades en evidencia, especialmente en momentos como los herraderos; cuando reunían al ganado en los potreros. Así lazar y manganear, entre otras habilidades de los charros de hoy en día, eran tareas cotidianas de estos expertos jinetes.

Puestos de importancia y jerarquía los tenían los administradores y los caporales que eran los responsables del ganado, quienes se encargaban de supervisar el trabajo de los vaqueros.

Un instrumento de trabajo indispensable era la reata, aún recuerdo de pequeña ir a comprar los implementos necesarios, como las monturas, las mangas en época de lluvia y por supuesto las reatas, al centro de Morelia.

Siendo la ganadería una de las grandes pasiones de mi mamá, Margarita Arriaga, siempre se preocupó porque estuviéramos cercanos al campo y sobre todo tener presente que mi abuelo paterno había sido uno de los precursores de la charrería en Morelia. Fue a raíz del centenario de la Asociación de Charros de Morelia y el exitoso Congreso Nacional Charro que mi curiosidad por saber más sobre este mundo que fascinó a mi abuelo Nahum Pedraza se fue incrementado.

Gracias a mi participación en el Consejo Ciudadano del Municipio de Morelia tuve la oportunidad de conocer a Gerónimo Color, secretario general del mismo y distinguido miembro de la Asociación de Charros de Morelia, en la actualidad.

Al comentarle sobre mi abuelo y mi inquietud por conocer sobre la gastronomía en la charrería de Morelia, concertó una reunión con notables charros morelianos, que tanto ellos como sus familias; han forjado la tradición de la charrería en Morelia.

De esta forma tuvimos una agradable tertulia para recordar esos tiempos con mi tía Prici Pedraza, quien desde pequeña fuera testigo de cómo se llevaron a cabo todos estos acontecimientos, junto con el Prof. Manuel Cano Borja, el Lic. Carlos Trillo y el C.P. Raúl Osnaya Amezcua.

La Asociación de Charros de Morelia, se fundó en 1922 y el 12 de octubre de 1940, se inauguró el Rancho del Charro. Así año con año, venían equipos charros a la celebración y esto se volvió una tradición. 

En aquella época los charros consumían pulque proveniente de la tenencia de Santa María, de donde bajaban los vendedores de pulque y pronunciaban la frase “Pulque, calor hace”.

En estos eventos a los visitantes de les agasajaba con platillos típicos de la ciudad. No podían faltar los uchepos con salsa y crema, así como las corundas que personas tan letradas como el maestro Bravo Vaquero, describiría como “polígonos irregulares, envueltos en listones vegetales,” los cuales iba a comprar al mercado del Obispo de Hipona; refiriéndose al mercado de antojitos de San Agustín en el centro de la ciudad.

Corundas de manteca y de ceniza, dos variedades que no podían faltar. Las corundas son un platillo muy michoacano y como hemos mencionado en otras ocasiones en cada población o comunidad tienen su toque especial que las distingue. En Morelia las corundas siempre han sido un platillo muy popular.

Las carnitas, otro de los platillos más reconocidos de Michoacán, también estaban presentes en días tan importantes para los charros de Morelia. El sonido de los machetes para picar las carnitas se escuchaba por doquier en el Rancho del Charro.

Para eventos muy especiales de la familia charra de Morelia, una tradición que perdura son las afamadas enchiladas morelianas, el pozole y los tacos dorados.

Ya hablando de eventos especiales, las posadas son otro importante evento que realizan los charros de la Asociación de Charros de Morelia, celebrando con dos grandes fogatas y platillos tan tradicionales como los ya mencionados y agregando los tamales, el atole y el tradicional ponche.

Ahora bien, en la vida cotidiana de aquella época, en un principio se juntaban en un senador en el Rancho del Charro, y para la comida llevaban un itacate y entre los platillos que degustaban estaban los tradicionales tacos sudados de chicharrón en chile negro, bistec y arroz. En el caso particular de mi abuela, ella los preparaba de cerdo en salsa de chile pasilla.  

Cuando la fecha lo ameritaba cocinaban barbacoa, la cual podía ser de borrego, res o de chivo. Para tal ocasión no podría faltar una buena salsa, los chiles en vinagre y las tortillas recién hechas.

El postre tradicional era una refrescante nieve de garrafa y el ate moreliano, de guayaba o de membrillo que se preparaba de forma artesanal en los hogares.

Mi pregunta obligada fue, ¿con que maridaban estos deliciosos platillos tan tradicionales para las familias morelianas de antaño? El Pulque era la bebida por excelencia en estas reuniones.

El pulque tiene mucho arraigo hasta nuestros días en Morelia y en las zonas rurales del municipio sigue perdurando esta tradición de hacer los curados de pulque.

En aquella época los charros consumían pulque proveniente de la tenencia de Santa María, de donde bajaban los vendedores de pulque y pronunciaban la frase “Pulque, calor hace”.

Podían comprar el natural como sale del Maguey, el Aguamiel y por supuesto los curados.

Para los convivios charros en aquel entonces lo curaban con cilantro, chile verde y apio. Esta bebida ancestral, se servía en jarras de barro, haciendo honor al refrán popular que dice: “El agua para los bueyes y el pulque para los reyes”.

Actualmente, para acompañar sus alimentos la bebida que no puede faltar en los convivios charros es el mezcal moreliano, haciendo honor a la tradición mezcalera de la zona rural del municipio de Morelia.

Así a lo largo de esta tertulia, logré conocer más sobre la gastronomía en torno a la charrería en Morelia, en donde naturalmente, surgieron innumerables anécdotas que poco a poco les iré contando entorno a la historia de la charrería en Morelia.