Nuevos hoteles: Casa Umi, Puerto escondido

En La Punta, una de las zonas más caminables y vibrantes de Puerto Escondido, Casa Umi ofrece algo que no siempre se encuentra en este destino: lujo relajado sin pretensiones. No tiene acceso directo a la playa, pero está tan cerca de todo —cafés, bares, surf, mar— que termina siendo un punto de partida ideal para explorar la zona.

El hotel ocupa una casa íntima de estilo moderno, un pequeño refugio de apenas ocho habitaciones y dos villas, con un diseño muy Puerto Escondido (piensa en concreto, barro, plantas, luz) que se siente cálido gracias a los detalles artesanales: textiles, mobiliario y piezas hechas por manos mexicanas. La arquitectura es mínimalista pero acogedora; nada sobra, nada distrae, y todo invita a bajar el ritmo.

Las habitaciones son silenciosas —algo que se agradece en una zona tan concurrida— y vienen equipadas con lo esencial para descansar bien: aire acondicionado, amenidades de baño naturales, camas ultra cómodas, cortinas black-out y otros pequeños detalles que hacen la estancia cómoda y relajada.

En el centro del hotel, la alberca y el patio funcionan como una especie de respiro del calor: un espacio abierto, luminoso, donde puedes pasar la mañana leyendo o simplemente flotando antes de salir a caminar hacia La Punta. El pequeño café-bar completa la experiencia, pensado más como un lugar para arrancar el día o comer algo ligero sin complicaciones, o pedir unas cervezas o tragos para beber junto a la alberca.

Quizá lo que más se siente al estar aquí es el ambiente: tranquilo, amable, sin ruido. El personal es atento sin abrumar y el hotel, aunque pequeño, está diseñado para que cada quien encuentre su propio espacio. Para terminar de integrar esta sensación de calma, un pequeño spa ofrece masajes de todo tipo, desde relajante y tejido profundo hasta piedras calientes, ya sea en pareja o individual.

Casa Umi no intenta competir con los hoteles hipster-trendy ni con las propuestas más llamativas de Puerto Escondido. Su encanto está en lo contrario: en ofrecer un refugio íntimo y bien pensado, lo suficientemente cerca de todo para caminar y perderse por La Punta, y lo suficientemente aislado para descansar de verdad cuando cae la noche.

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