Michi Sando, deliciosos sandwiches japoneses – mexicanos en la colonia Del Valle

Tener un restaurante con nombre de gatitos puede no parecer cosa seria, pero en Michi Sando la comida si que lo es; riquísima en serio. Este nuevo restaurante en la colonia del Valle es creación del chef Andrés Gallegos, quién a pesar de llevar más de 12 años especializándose en gastronomía mexicana hoy abre su primer restaurante con una fusión japonesa increíble. 

Junto con dos socios igualmente amantes de Japón, Andrés se lanzó al mercado con una propuesta única, diferente a todo lo que hay en la ciudad: sandos mexicanos. Los sandos son el equivalente de los sandwiches en Japón, y aunque seguramente cuando piensas en la comida del diario japonesa piensas en sushi o en arroz, los sandos son una comida muy típica, llenadora y práctica, si bien están inspirados en la cultura occidental. Se elaboran con pan de leche, conocido como shokupan, y se rellenan de todo tipo de carnes, verduras, e incluso frutas o huevo. En buen estilo japonés, se cortan en cuadrados uniformes, visualmente “perfectos”.

En Michi Sando, sin embargo, los rellenos de los sandos son una fusión mexicana única: los más populares son el birria sando, relleno de  

birria de carne de búfalo, servido con jugo de birria para dippear, o el chashu sando, de panceta de cerdo con salsa agridulce, cacahuate y cilantro. Las salsas, no solo en las que se marinan los ingredientes si no también con las que se acompañan, son un verdadero melange de sabores, con ingredientes como piloncillo y chiles mexicanos conviviendo con sriracha, soya y mirin. Todas son creaciones de Andrés, en una ecléctica cocina que bien podría haber fallado con tanta mezcla pero que afortunadamente funciona a la perfección.

Otros platillos que se destacan, además de los sandos, son las michi tiras, tiras de pollo frito en salsa de chiles y ajo, o el tan tan men, ramen de pollo con coco y salsa macha de la casa, con cebollín y huevo. Todo el menú es monchoso, llenador, para el antojo. Los tamaños son generosos así que puedes pedir dos platillos y compartir sin problema, para probar cosas distintas, antes de terminar con uno de los postres igualmente chonchos, como los michi churros, elaborados con el mismo pan de los sandos pero con sabor típico a churro y un toque de guayaba y mascarpone, o el bizcocho de mantequilla bañado en tres leches de matcha. 

¿Y porqué los michis? Pues además de ser un ícono de la cultura kawaii de Japón, los tres socios del restaurante son amantes de los gatos, así que no encontraron mejor embajador para su local, que ofrece un ambiente muy relajado, casi de comida callejera, casual, pero muy original (y fotogénico). Michi Sando es perfecto para visitar en cualquier ocasión, solo en la barra en cocina o acompañado, o incluso en fin de semana para algunas de sus colaboraciones con distintos chefs de la ciudad, para comer un riquísimo sandwich japonés – mexicano y tomar unas cuantas cervezas rodeado de gatitos. 

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