Pizza casera

En un tazón pequeño, disolver la levadura con el agua tibia y el azúcar.
En el tazón de la batidora, colocar las 2 tazas de harina. Formar un hueco en el centro de la harina y poner dentro la levadura disuelta en agua y el aceite oliva. A los lados del tazón hacer un pequeño espacio con una cuchara en la harina y colocar ahí la sal (de esta forma evitamos que entre en contacto directo con la levadura). Con el gancho, batir a velocidad baja hasta que se integre toda la masa, e incrementar la velocidad a media-alta. Batir por 2-3 minutos, hasta que la masa ya no se pegue a los costados y se vuelva más elástica y firme.
TIP: si la masa esta demasiado dura (como una pelota maciza), agregar un poco más de agua o aceite de oliva.

Transferir a la superficie de trabajo y amasar por un minuto más con las manos. Formar una bola y colocarla en un tazón ligeramente engrasado. Tapar con un trapo húmedo y dejar reposar en un lugar cálido por una hora, o hasta que la masa casi doble su tamaño.

Mientras tanto, preparar la salsa: colocar todos los ingredientes en la licuadora y moler bien.

Precalentar el horno a la temperatura más alta posible. Preparar dos charolas engrasándolas, o con papel para hornear. (El horno debe estar lo más caliente posible, por lo que es ideal prenderlo al menos 20 mins. antes de que se meta la pizza)

Una vez q la masa ya dobló su tamaño, transferirla a la superficie de trabajo y "poncharla". Dividirla en dos y con un rodillo estirar cada mitad hasta obtener un disco delgado, enharinando constantemente la superficie para que no se pegue.

Colocar cada disco en las charolas. Con un cucharón, esparcir una capa delgada de salsa de tomate sobre cada pizza, dejando 1 cm libre alrededor. Dividir el queso entre ambas pizzas y agregar los ingredientes que se deseen hornear.

Hornear hasta que las pizzas doren de las esquinas y se despeguen fácilmente de las charolas. (El tiempo dependerá de cada horno)