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El Jardín Etnobotánico de Oaxaca

Cuando viajamos y caminamos siempre descubrimos algo nuevo, y esa es la mejor forma de conocer una ciudad para vivirla y sentirla. Hacía algunos años que no visitaba Oaxaca, y sin duda uno de los lugares que me interesaba visitar era el Templo de Santo Domingo, así como el Ex Convento ahora convertido en museo.

Así que me dirigí al complejo del Centro Cultural Santo Domingo caminando por el andador turístico y por fin llegué a este majestuoso e impresionante sitio. Intenté entrar, pero al ser un espacio muy demandado para bodas estaba cerrado, así que decidí intentar nuevamente al día siguiente. Aproveché a caminar y disfrutar del agradable ambiente de la zona, cuando de pronto observé la entrada al Jardín Etnobotánico. Tomé una pausa en la Atolería para degustar algunos de los sabores de Oaxaca: un atole de maíz azul con cacao, acompañado de un pan de guayaba. 

A mi regreso al hotel me documenté un poco sobre la importancia del Jardín Etnobotánico, que va mucho más allá de ser un recinto muy popular para bodas y un lugar ideal para los amantes del paisajismo. Es un lugar imperdible en donde puedes conocer la exuberante vegetación de Oaxaca y su increíble biodiversidad, en sus diferentes regiones como la Costa, la Sierra, los Valles Centrales, el Istmo o la Zona de Papaloapan por citar algunas.

Al día siguiente, después de un delicioso desayuno típico, con tamales y un espumoso chocolate oaxaqueño en agua preparado de forma artesanal, era necesario caminar y que mejor que dirigirme nuevamente hacía el complejo del Centro Cultural Santo Domingo. 

El Templo de Santo Domingo siempre te impacta por su belleza y seguramente advertirás algún detalle que te asombrará. El museo es un imprescindible si deseas comprender mejor el acervo cultural e histórico de Oaxaca; disfrutarás conociendo la historia de México y de esta región en específico.

Llegando temprano tuve acceso al Templo sin problemas y me tomé mi tiempo para disfrutar de este espléndido lugar.

Por fin tocó el turno de conocer el Jardín Etnobotánico, un sitio que te hace transportarte a otro mundo, un oasis en el centro de la ciudad de Oaxaca, ubicado en lo que en algún momento fue la huerta del convento de los dominicos en el siglo XVI.

En este jardín se han implementado diferentes prácticas de sostenibilidad que han permitido salvaguardar diferentes especies endémicas de Oaxaca. Podrás hacer un recorrido por sus diferentes regiones y así conocer sus diversos ecosistemas. Además de exponerlas, el jardín trabaja en reproducirlas, ya que muchas de estas plantas pueden estar en peligro de extinción, por lo que se llevan a cabo actividades para su preservación.

La visita debes hacerla en compañía de un guía y en pequeños grupos, no puedes realizarla a solas, pero vale la pena tal vez sacrificar un poco de privacidad. A cambio encontrarás un lugar ordenado y sin aglomeraciones. Los guías cuentan con amplios conocimientos, son un apoyo para comprender la historia y la cultura de Oaxaca a través de sus plantas, pues han sido seleccionadas para estar en el Jardín Etnobotánico plantas sembradas ex profeso, por su interés cultural, además de ser de las más representativas de Oaxaca.

Ya habiendo probado las delicias oaxaqueñas y visitado su famoso mercado, disfrute aún más de la sección dedicada a la agricultura indígena, en donde se encuentran diferentes tipos de quelites, el famoso chepil o chipilín, así como el maíz endémico y productos utilizados en la cocina tradicional oaxaqueña, que han sido parte fundamental de la cultural alimentaria de sus pueblos originarios. Así que si te gusta la cocina, esta parte del Jardín la encontrarás sumamente interesante, pensando en el tema de la gastronomía sostenible.

Durante el recorrido encontrarás obras de reconocidos artistas, como Jorge Dubón, Luis Zarate, Jorge Yázpic y Francisco Toledo, quien además fue uno de los precursores de este recinto.

De pronto llegamos a la sección en donde se encuentran plantas relacionadas con las artes de Oaxaca y nos topamos con los nopales. Aquí nos explican sobre la grana cochinilla, un insecto con un gran valor artístico y cultural que es una plaga para los nopales. Se usaba en la época prehispánica como un colorante natural y con la llegada de los españoles tuvo gran éxito, por lo que durante la época de la colonia el cultivo de la grana cochinilla generó grandes ganancias económicas para esta región.

Al escuchar todo esto, me conecte inmediatamente con el arte popular y en específico con los talleres y telares que había visitado el día anterior. Este pigmento ha sido utilizado en los textiles artesanales hasta hoy en día, para obtener un color rojo intenso, sin duda la grana cochinilla es parte de la cultura ancestral de Oaxaca, que ha logrado perdurar por generaciones.

Seguimos caminando conectando con la naturaleza y haciendo honor a la cultura de Oaxaca a través de todo lo que aprendemos en este jardín, una excelente iniciativa de la sociedad civil que prosperó y que hoy en día sobresale en pleno centro de la ciudad.

Posteriormente, conocemos el árbol del guaje y nuevamente conectamos con el arte popular y los afamados guajes decorados, en donde los artífices plasman maravillas con su imaginación.

Recorrer la sección dedicada a las plantas medicinales y descubrir sus propiedades también es muy interesante, pensando en la relevancia de la herbolaria dentro de la cultura de los pueblos originarios, sabiendo aprovechar las propiedades de infinidad de plantas como tratamiento para recuperarse utilizando sus propiedades curativas.

El Jardín Etnobotánico cuenta con gran cantidad de cactáceas, en donde sobresalen las bisnagas, una de las plantas más vulnerables porque está en peligro de extinción. Conocerla fue muy interesante, sabía que de su pulpa se hacía el acitrón, que en México se ocupaba en un tiempo en nuestra gastronomía en platillos como los chiles en nogada o la rosca de reyes, siendo muy popular. Sin embargo, ahora es una especie protegida por lo que se han tomado acciones para su preservación.

Si te gustan las flores encontrarás orquídeas y bromelias, así como un invernadero. Explicarte todo lo que encontrarás podría ser muy extenso, seguramente encontrarás una planta en particular que será de tu interés, un lugar ideal para desconectar y muy recomendable para visitar.

Prepárate a disfrutar de un oasis de paz en el centro de Oaxaca que te permite comprender que es posible vivir en armonía con la naturaleza y que es necesario buscar un equilibrio ecológico, ante el desafío que enfrentamos con el cambio climático.

Es impresionante imaginar que en la superficie donde se localiza el Jardín Etnobotánico, estaba proyectado hacer un estacionamiento y afortunadamente actualmente, se localiza este espléndido espacio que nos muestra la riqueza natural de Oaxaca.

Acerca del autor

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Heredera de una tradición hotelera y apasionada de mi estado Michoacán, el turismo, la historia, el arte y la gastronomía. Interesada en las nuevas tecnologías, el turismo responsable y la sostenibilidad. Me encanta promover Pátzcuaro y sus alrededores a través de mi blog, conectar con la naturaleza, disfrutar de las cosas simples y la autenticidad.

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