Cochinita Power - una alegre explosión Pibil

Estoy segura que en ningún restaurante de México te recibe una puerquita coqueta que bajó de un asteroide a la tierra para acabar con el hambre mundial. Casi segura. Pero en Cochinita Power es lo primero que vez al llegar. Miss Piggy, con sus sensuales curvas y un estilo muy Marylin Monroe te invita a probar…sus carnes.

¡Y que carnes! Cochinita Power lleva deleitando a los vecinos de la colonia San Rafael y los alrededores con una cochinita pibil artesanal, deliciosa y accesible. El menú de Cochinita Power es sencillo y al grano: Taco, Torta, Panucho, Gringa, Chilaquiles, Hamburguesa, y la Torta Jumbo, una torta que como bien lo dice su nombre es solamente para aquél que verdaderamente tiene hambre.

La cochinita se hace a fuego lento, en un horno de lenta cocción improvisado y diseñado específicamente por el restaurante. La carne se cuece al carbón con paciencia y tranquilidad durante 10 horas, hasta que queda suavecita, casi se derrite en la boca. Se sazona con la receta secreta del lugar, como es la tradición de la cochinita pibil en todo México, y se tiene lista para incluir en los poderosos platillos. Pruebo el panucho y la gringa como un calientamiento: buenísimos, el panucho en especial con sus clásicas cebollitas y con un toque de la salsa de habanero. (Como en todos los tacos, no puede faltar una buena variedad de salsas, entre ellas una muy parecida al tradicional x-nipec, que va muy bien con la gringa). Le entro con unas mordidas a la torta jumbo: bolillo, chilaquiles, y cochinita. Deliciosa. Pero la hamburguesa me espera, humilde en comparación con la torta, para darme una gran sorpresa: es de las mejores hamburguesas que he probado. El toque secreto, además de la cochinita, es la mayonesa de habanero. Para mí sin duda, el platillo estrella del menú.

Cochinita Power tiene dos ubicaciones, una en Altamirano, y otra en Ribera de San Cosme. Entre ellas hay media cuadra de distancia, pero como los hijos, cada una tiene su personalidad. San Cosme, toda rosa piggy, te pone de buenas sólo de entrar. En la puerta hay una serie de tianguis que te hacen sentir todo el folclor de la zona, y junto con la atención al detalle del lugar, las frases en la pared que te rodean mientras comes (#cochilove, boom, y #amordidas, entre otras), definitivamente sales sintiéndote cochipowerful. Altamirano tiene un look más tranquilo, de barrio. Como de que se podría volver uno de esos lugares que te hacen sentir que los conoces de toda la vida. El menú es igual en las dos ubicaciones, así que escoger dónde te deleitas con sus platillos realmente solo depende de cual sea tu humor de cochinito.